Esta “granja” fundada como chocolatería en 1941 por Joan Mach i Elvira Farràs, está ubicada al inicio del Carrer Petritxol, muy cerca de la Església del Pi y en pleno Barrio Gótico. Ya van unas cuantas generaciones mojando churros en sus chocolates calientes.

Su decoración respeta el diseño original: con sus carteles de Cacaolat, sus fotos antiguas, sus típicas mesas de mármol blanco y sillas de madera oscura.

En cuanto a sus especialidades, como no podía ser de otra manera, destacan el chocolate caliente, el chocolate a la francesa o el chocolate suizo, que no pueden ir acompañados de otra cosa que no sean los típicos churros, melindros o ensaimadas.

Además, su oferta se ve completada por otras bebidas como cafés, tés o refrescos, y una tentadora oferta para comer, como sus arroces con leche, pasteles de manzana o cremas catalanas.

Carrer Petritxol, 2